Compartimos la entrada de nuestro compañero Guillermo Tabernilla, que pone su atención en la actitud de determinadas personas que de un tiempo a esta parte intentan cuestionar no solo el carácter vasco de las comunidades de la diáspora sino el trabajo del Fighting Basques Project en rescatar la memoria de todos estos veteranos en la Asociación Sancho de Beurko Elkartea. Agradecer a todos los que apoyáis nuestro proyecto de memoria, a los que se han dirigido a nosotros públicamente o por privado para mostrarnos su apoyo.
¿Son vascas las comunidades de la diáspora? Respondiendo a los intolerantes
Hay gente empeñada en decirle a otra gente como tiene que sentirse o como tiene que llevar su identidad en pleno siglo XXI, en suma, como deben de ser. Se trata de un mecanismo muy simple que en realidad responde a un único criterio: falta de respeto por las comunidades de la diáspora, las que sean, y el modo en que estas deciden su propia razón de ser. Lo que mucha de esta gente, que suele aparecer cíclicamente por nuestra página de Facebook, si bien afortunadamente ya de manera muy aislada, quiere decir es que no respetan la libertad del ser humano. En realidad, la mayoría son intolerantes, cuando no maliciosos directamente. Hace tan solo 70 años la inteligencia franquista, al dar por buena la existencia del falso Capitán Carranza en su revista de Marina, no dudaba de que los hijos de los pastores vascos nacidos en los Estados Unidos, hablando la lengua de sus padres, fuesen ellos mismos también vascos y este conocimiento pudiese servir a labores de inteligencia para el Ejercito de los Estados Unidos. Paradójicamente, todos estaban cómodos ahí: tanto los nacionalistas vascos con el mito que habían creado desde alguna oficina en el exilio como los nacionalistas españoles haciéndoles la contrapropaganda. Sólo ha sido en tiempos muy recientes, cuando la Asociación Sancho de Beurko Elkartea ha empezado a poner nombres a estas personas que apenas han interesado a nadie fuera de su ámbito estrictamente personal o familiar, que algunos se están retratando como intolerantes. No merecen la pena, pero no descartamos hacer un artículo en alguno de nuestros blogs; por ejemplo, en el de Eldiarionorte Euskadi eldiario.es poniendo nombre y apellido a algunos de estos sectarios que se han destacado especialmente por su beligerancia contra nuestro proyecto en redes sociales y en grupos de wassap, de los cuales hay incluso quien se ha dedicado meses a boicotear nuestro libro de vascos en la Segunda Guerra Mundial con Desperta Ferro Ediciones del 2018. Para estas personas solo tenemos una respuesta, la misma que dijimos en aquella Conferencia en la Biblioteca de la Diputación de Bizkaia en 2017: no vamos a investigar a la División Azul en este proyecto se pongan como se pongan, por cuestiones éticas y morales que no vamos a repetir aquí y también porque en el país de los vascos aún no se dan las circunstancias adecuadas para recoger esta memoria, igual que para hacer otras cosas que ya dijimos en su día relacionadas con una Recreación Histórica de calidad y pública, y el tiempo nos ha dado la razón. Y va a dar igual que todos estos señores, desde la intolerancia de sus respectivos posicionamientos en todo el espectro ideológico, de la izquierda a la derecha, se pongan como se pongan y nos intenten boicotear libros u otras publicaciones. Tienen en Madrid una fundación a la que dirigirse. La palabra libertad, esa que últimamente suelen emplear los intolerantes tan alegremente pero que en realidad no comprenden, también significa eso. El derecho de cada cual a investigar lo que quiera o pueda. Más si cabe desde la modestia de una humilde asociación como esta que no tiene ninguna conexión gubernamental ni oficial, siendo un ente privado. Tienen también aquí diversos Institutos de memoria oficiales como Gogora, Etxepare, etc para dirigir sus cuitas, además de fundaciones como la Valentín de Foronda, Sancho el Sabio y otras formadas por profesores de historia de la Universidad del País Vasco, además de otras entidades a las que dirigirse igualmente. Háganlo con total libertad. Y en cuanto a nosotros, lo tienen muy fácil, si no les gusta el trabajo honrado de la Asociación Sancho de Beurko Elkartea con no pasarse por aquí solucionan su problema sobradamente. Gracias a todos los que apoyan nuestro proyecto de memoria, sin ellos sería imposible haber llegado hasta aquí. Ladran luego cabalgamos. Un abrazo a todos. Foto: Calixto Laucirica hacia 1920 (ElkoCounty, Northeastern Nevada Museum-magic).