Guillermo Tabernilla
El pasado viernes 13 de julio, aprovechando las facilidades prestadas por la organización del primer evento de Recreación Histórica sobre el norte de África (organizado por Kilroy Etobattles), tuvimos la ocasión de hacer una nueva escenografía para el proyecto de vascos y Segunda Guerra Mundial “Fighting Basques” de la Asociación Sancho de Beurko, que ya va a cumplir en breve cinco años y culminará a primeros de septiembre con la publicación de un libro con la editorial Desperta Ferro. El escenario elegido para esta nueva sesión de fotos lo formaban las trincheras musealizadas de la llamada “Ruta Orwell”, un centro de resistencia de la Guerra Civil española que, en nuestra opinión, ha sido reconstruido con una correcta interpretación de los materiales de la época (si bien esto no quiere decir que sea exacta, ni mucho menos) y presenta una amplia variedad de fortificaciones, fundamentalmente elementos activos de trinchera, aunque también hay algún refugio pasivo. Situado en la sierra de Alcubierre (Huesca), tiene un potencial enorme para la realización de actividades relacionadas con la puesta en valor del patrimonio, también de la Segunda Guerra Mundial, incluyendo actividades relacionadas con la Recreación Histórica y/o el sector audiovisual. Para nosotros era una oportunidad que no podíamos dejar escapar, ya que nos permitía un fácil acceso a un entorno, el de Monegros, adecuado como pocos para representar el entorno norteafricano y la libertad de adaptar con poco esfuerzo (básicamente tapando la parte que no nos interesaba con varios ponchos del tipo “Telo Mimético”) un lienzo de línea de trinchera. Se trataba de recrear las posiciones excavadas por la 1ª Brigada de la Francia Libre por delante de la antigua fortaleza otomana de Bir Hakeim, situada en el sur de la línea defensiva británica en el desierto de Libia, entre febrero y junio de 1942. Un escenario en el que combatieron numerosos republicanos exiliados, incluidos una docena de vascos en las filas de la 13e demi brigade de Légion étrangère.
Pero en esta ocasión no se trataba de representar a los franceses libres (que ya habíamos trabajado entre 2014 y 2015), sino a los italianos que tenían enfrente, lo que era toda una novedad por cuanto se hacía por primera vez en nuestro entorno, conformando un reto que ha requerido más de dos años de trabajo y la ayuda de amigos como Ignacio Del Horno (que aúna pasión por la Recreación Histórica y una especial querencia por los uniformes del Regio Esercito italiano, que trabaja como nadie), quien se ofreció de inmediato a liderar un equipo de trabajo marcado desde el principio por la versatilidad, a fin de componer diversos personajes, incluyendo un oficial de artillería, un fusilero y dos ametralladores de la Division Trieste. Se trataba de una de las dos divisiones que combatieron a los franceses en Bir Hakeim, siendo la otra, la Ariete, descartada desde el principio por ser básicamente acorazada, lo que la dejaba lejos del alcance de un proyecto modesto como el nuestro, que muchas veces, más que en el hecho bélico en si, se apoya en la fuerza del plano medio/corto buscando las imágenes que conforman nuestro trabajo de memoria. Una suerte de “prosa visual” que parte de la interacción del fotógrafo con el recreador y el medio físico que le proponemos, levemente modificado por nuestra escenografía, para captar la mirada del soldado y poder acercarnos al plano de los sentimientos. Porque la Recreación Histórica para nosotros no es un fin en si misma, sino un medio para obtener los materiales de memoria de una generación que está a punto de desaparecer. Materiales que son, en cuanto al Fighting Basques se refiere, de dos tipos: biográficos, fruto de la investigación, y fotográficos. En esta ocasión ha trabajado con nosotros el fotógrafo aragonés David Martín, que ha realizado un notable esfuerzo de inmersión en nuestro proyecto, adaptándose muy rápidamente y con un espectacular resultado, como atestiguan las imágenes que acompañan a este texto.
¿Y por qué italianos? Se preguntarán llegados a este punto. Pues porque el “Fighting Basques” (que tiene por lema “rigor y amistad”) se basa en un correcto acceso a fuentes y datos contrastados para contar las cosas como fueron, sin necesidad de maquillarlas por necesidades coyunturales que poco tienen que ver con la historia, y mira hacia el futuro buscando una sincera reconciliación entre las personas y los pueblos. Siguiendo el ejemplo de los numerosos cementerios alemanes que jalonan la geografía de Francia, nosotros promulgamos el respeto de la memoria del otro, es decir, la de aquellos a los que se enfrentaron los vascos durante la Segunda Guerra Mundial, siempre referida al ser humano individualizado, nunca como justificación ni amparo subrepticio de ideología alguna, y mucho menos totalitarismos. Esto dio origen al concepto de “grupos de soporte” que ya iniciamos en su día con el grupo de artillería de costa de la Pointe de Grave (Marine Artillerie Abteilung 618) y continua ahora con la División Trieste. Sin perjuicio de otros que vendrán en el futuro y con la discreción como premisa, ambos son necesarios para componer las escenografías que necesitamos en nuestro proyecto. Por otra parte, artilleros de costa alemanes e italianos son proyectos únicos y muy especiales que no hace ningún otro grupo de nuestro entorno.
Para la sesión de fotografías de la Trieste en Bir Hakeim, que recogía la llegada de los italianos tras la retirada de los franceses de la posición al final de la batalla (10-11 de junio de 1942), se formó un equipo con seis recreadores, tres de la Asociación Sancho de Beurko (Eder Artal, Eneko Tabernilla e Iñaki Peña Eguskiza) y otros tres amigos (Ignacio Del Horno, Guillermo Fernández-Coppel y Jordi Espriu), un servidor se ocupó de la escenografía y David Martín de la fotografía. La primera sorpresa fue encontrarse un paisaje tradicionalmente seco y árido, como corresponde a la Comarca de Los Monegros, con numerosas manchas de vegetación verde, consecuencia de las abundantes lluvias de este año, lo que nos obligó a ser mucho más selectivos con el escenario. El guión se planteaba en torno a cuatro escenas: primera, la llegada del Bersagliere a una posición defendida por una ametralladora Schwartzlose (un arma de origen austriaco que llegó a Italia como botín de guerra tras el final de la Primera Guerra Mundial y era muy apreciada en el norte de África por su fiabilidad mecánica, en contraposición a otras como la Breda 30, que daban muchísimos problemas con la arena y el polvo) atravesando un campo de minas señalizado por un cartel de “Campo Minato”, que es copia de uno que se encuentra en el Imperial War Museum de Londres; segunda, el Bersagliere informa de la situación de las fuerzas británicas y solicita fuego de artillería haciendo uso del teléfono de campaña (“Aparato Telefonico da Campo”); tercera, los soldados en una situación de relajo en la trinchera nos ofrecen uno de los momentos (quizás el único) más distendidos de toda la escenografía, mientras miran fotos, hojean revistas o hablan de sus cosas; cuarta, la posición de la Trieste es batida, a su vez, por la artillería británica y los hombres acaban saliendo en descubierta, lo que constituye una suerte de epílogo inconcluso de un trabajo muy especial para nosotros que esperamos repetir en un futuro cercano.
Finalmente, no quisiera acabar estas líneas sin agradecer al ayuntamiento de Alcubierre y a Kilroy Etobattles por todas las facilidades para trabajar en el escenario de la “Ruta Orwell”, a nuestros amigos Ignacio del Horno, Guillermo Fernández-Coppel y Jordi Espriu por los excelentes personajes que compusieron para esta sesión (incluyendo un oficial de artillería y dos “Bersaglieri” que han requerido muchas horas de trabajo de investigación), a nuestros recreadores Eder Artal, Eneko Tabernilla e Iñaki Peña Eguskiza por el esfuerzo de hacer dos escenografías en un periodo de tres semanas (incluyendo el “Escobosa Boot Camp” del pasado junio con los Durhams) y el trabajo de dos largos años para que este ansiado proyecto haya podido llegar a buen puerto, y finalmente a David Martín por su buen hacer y excelentes fotografías.