La visita de "Tropa Guripa" a la batería del monte Roule bajo las explicaciones de un guía de excepción como Cyrille Forafo, nos permite (además de una excelente visión panorámica de la ciudad y conocer la batalla librada allí) tocar nada menos que tres biografías de vascos relacionados con los hechos que tuvieron lugar por la posesión de uno de los más importantes puertos normandos y los posteriores trabajos de reconstrucción que tuvieron que llevar a cabo los ingenieros norteamericanos para revertir los efectos de las tremendas voladuras de que fue objeto por parte de los alemanes a fin de impedir su posterior uso por los aliados. El sargento José María Echevarría y el teniente piloto Robert Jaúregui pertenecían al 398º Grupo de Bombardeo, equipado con la mítica "Fortaleza Volante" B-17, y habían tomado parte en el bombardeo sobre Cherburgo de los días 5 y 6 de junio de 1944. Echevarría (Nevada, 1924, hijo de Bonifacio Echevarría y Aurora Plaza) se convirtió en uno de los artilleros de cola más condecorados de todo el grupo, llegando a recibir cuatro veces la Medalla del Aire y la Cruz de Vuelo Distinguido antes de ser derribado sobre Merseburg, mientras que Jaúregui (San Diego, 1923) llegaría a completar como copiloto más de 30 misiones, incluidas 26 sobre Alemania. Pero la cuestión no acabó con la capitulación de la guarnición alemana el 28 de junio, ya que después llegó el momento de la reconstrucción y una de las unidades asignadas a esta tarea fue el 398º Regimiento de Ingenieros norteamericano, que llegó a la ciudad hacia el 2 de agosto de 1944 tras desembarcar en UTAH. En esta unidad iba Frank Muguira (Winnemucca, 1920, hijo de Juan Muguira y Dolores Bengoa), que permaneció realizando trabajos de desminado y de reconstrucción de estructuras portuarias hasta el 22 de diciembre, cuando las alarmantes noticias que llegaban de Las Ardenas motivó la inmediata movilización de estos zapadores, cuya experiencia de combate era nula, para acudir a la línea del frente, debiendo aprovisionarse de todas las armas que pudieron encontrar en los depósitos de Cherburgo: fusiles "Springfield" 1903 y unas pocas ametralladoras. Tras pasar un total de 31 días bajo el fuego de la artillería alemana, sufriendo sus primeras bajas en constantes misiones de patrulla, Muguira y sus compañeros fueron definitivamente retirados hacia la segunda línea, donde pudieron acabar la guerra dedicados a su labor de reconstrucción de infraestructuras. Los trabajos realizados en Cherburgo por los ingenieros norteamericanos (incluyendo el desminado) se llevaron a cabo, al igual que en toda Francia, haciendo uso de prisioneros de guerra alemanes.