Otra imagen de Alcubierre, con ese campo inmenso en el que dos amigos charlan de sus cosas. Amistades que fueron truncadas por la guerra y que nos llevan, en lo visual, hasta el cine como referencia, a pesar de que no son tantas las películas que tratan de la Guerra Civil (en contra de lo que la gente se cree). La última es “Mientras dure la guerra” de Amenábar, en la que pudimos ver muchas cosas de Unamuno, como la amistad que mantuvo con Salvador Vila, rector de la Universidad de Granada, y sus interminables charlas hasta que se les acababa la ciudad de Salamanca y se ponía el sol en un campo “de pura ficción”, recreado en otro escenario a partir de las imágenes que se conservan del intelectual vasco. Porque más allá de la crítica y de lo acertado o no de la historia que nos ofrece el director (a quien no se le puede negar el esfuerzo enorme en guionizar y llevar a la gran pantalla un tema tan controvertido como lo fue el propio Unamuno en vida, con sus luces y sombras) conviene recordar que el cine histórico, si está bien hecho, como la Recreación Histórica, es una propuesta nueva que se hace sobre la base de hechos del pasado, una reinterpretación del mismo, por mucho que se pretenda ser lo más riguroso posible. Es lo que nos pasa cada vez que hacemos una foto como esta, y no podemos evitarlo, a pesar de que la recortemos para evitar anacronismos. La imagen como vehículo de expresión de nuestro proyecto de memoria. Ese ha sido nuestro compromiso con Vds desde el nacimiento del Fighting Basques Project.