De nuevo sin que se haga eco ningún medio de comunicación en todo el estado, hemos tenido conocimiento a través de nuestra amiga Elena Alexandrova del acto celebrado en Syandeba (distrito de Olonets) el pasado sábado 31 de julio en el que las autoridades, miembros de los equipos de búsqueda y medios de comunicación rusos memorializaban a los fallecidos de la 3ª División “Frunze“ de la milicia de Leningrado cuyos restos han podido ser recuperados sobre el terreno, una actividad admirable que pensamos que no tiene parangón en ningún otro escenario de la Segunda Guerra Mundial en la actualidad. Desde Sancho de Beurko hemos intentado conectar esta memoria desde aquí a través de una narrativa que nos una a aquel escenario tan lejano en el que lucharon y fallecieron nuestros niños de la guerra, proponiendo, en el 80ª Aniversario de aquellos hechos, una escenografía para evocar su memoria, que ha sido muy agradecida tanto por el rector de la Universidad Politécnica como por el director de la Agencia TASS en San Petersburgo. El último en ser identificado (2020) ha sido Antonio Suárez, cuya familia en Asturias había solicitado la declaración de fallecimiento en ausencia en los juzgados de Gijón apenas un año antes, por lo que se habrán quedado muy tranquilos al poder cerrar esta herida. Nos informa Elena, autora de estas imágenes, que son tres los equipos de búsqueda ("Volunteer-Polytech", "Patriot" y "Raid) que siguen el rastro de los fallecidos en aquellos combates con las tropas finlandesas en los que estos se cuentan por centenares, esparcidos en fosas por todo el frente que defendía la 3ª División, incluso, como en el caso de Antonio, en un bosque a una decena de kilómetros de Syandeba. En esta fosa, cuyas imágenes acompañan a esta entrada, aparecieron una docena de cadáveres revueltos, sin que se sepa bien quien es quien. De los 140 que han podido ser identificados hay 24 niños de la guerra, entre ellos los bilbaínos Martín Peña e Ignacio Moro. Durante el acto, los asistentes tuvieron ocasión de oír un mensaje de agradecimiento de Avelino Suárez, sobrino de Antonio. Finalmente, Elena entregó al Politécnico de San Petersburgo las fotografías de la reconstrucción realizada por Sancho de Beurko, que han sido depositadas en el museo de la propia universidad. A pesar de que muchos no han podido ser identificados, como dicen en Rusia: "La guerra termina cuando el último soldado está enterrado". ESKERRIK ASKO/GRACIAS/SPASIBO!