Como saben nuestros lectores y amigos, nuestra mayor aportación en los últimos años es la memoria de una generación, la de la guerra, la migración y/o el exilio, lo que nos lleva hasta las biografías que son, en la mayoría de los casos, ampliamente desconocidas. La de Manuel Pérez de Somacarrera (nacido en Bilbao en 1902) no lo es tanto, pero nos ha sorprendido que si lo sea su vinculación con lo vasco, que apenas se cita de soslayo en su biografía, mientras que si se hace referencia a su estancia en Barcelona tras su paso por Madrid donde se estableció en su juventud, sorprendiéndole la Guerra Civil en la Ciudad Condal, a la que se vincularía de por vida. Su pasión por escribir le había llevado al periodismo y su amor al cine terminaría en la dirección. A partir de 1926 se le conocen artículos sobre el séptimo arte en "Páginas extraordinarias de El Día Gráfico" (1926-29), "La Verdad. Órgano de la Asociación Monárquica Obrera" (1930-31), "¡Tararí! " (1930-34), "Films Selectos" (1930-37), "Cine-Arte" (1933-35) y "Proyector" (1935-36), además de trabajar para el Servicio Español de Prensa, escribir novelas cinematográficas y folletos para el editor Francisco Màrius Bistagne (La Novela Semanal Cinematográfica). Fundador de la Agrupación de Periodistas Cinematográficos, en 1935 llegó a trabajar para la Metro-Goldwyn-Mayer de Barcelona, según la amplia reseña biográfica publicada en la enciclopèdia.cat. Su militancia izquierdista le llevó a implicarse en proyectos cinematográficos que darían la vuelta al mundo recién estallada la contienda, como el llamado “Reportaje del movimiento revolucionario”, donde fue ayudante de dirección. Una producción estrenada en cines de Barcelona cuyas imágenes (rodadas por él mismo y Mateo Santos subidos al techo de una camioneta) fueron incluidas en noticiarios extranjeros, y después los nazis se hicieron con una copia que usaron a modo de contrapropaganda. También se incorporó a la columna Durruti, dirigiendo su ópera prima, “Aragón trabaja y lucha”, en la que se muestran imágenes del propio Durruti arengando desde un balcón. Su presencia entre los periodistas que seguían al importante líder anarquista le permitió ser testigo del rodaje de “Siétamo”, que trata de la toma de esa localidad aragonesa, donde los cámaras sufrieron constante peligro.
Tras exiliarse en Francia en 1939, desarrolló una brillante carrera en la que escribió para “Cinémonde”, “Ciné Mundial”, “La Nouvelle Édition”, “Paris-Cinéma”, “Spectateur”, sin olvidar su colaboración con la prensa española de izquierdas como “Solidaridad Obrera”. Fue cronista para la Agencia Orbe de Hollywood en los festivales de Cannes de 1951 y 1952 y para la Agencia FIEL. Regresó a Barcelona en 1953. También formó parte del equipo de COCICA, bajo la dirección de Miquel Porter i Moix, y documentó una buena parte de las ilustraciones que figuran en la Enciclopedia Ilustrada del Cine (1968-70). A su muerte en 1969 dejó inacabado un monumental Fichero Universal de FilmoLiteratura, con miles de fichas de autores y obras de todo el mundo y un “cinetari” de personajes históricos y legendarios. En la actualidad, su nieta Vanessa sigue su estela al dedicarse a la producción de audiovisuales (fuente, enciclopèdia.cat).
Ver información en Verkami: https://www.verkami.com/projects/17154-craft-film-festival-barcelona