Hace poco más de un año, con la llegada del buen tiempo, del que afortunadamente empezamos a disfrutar tras un invierno infame de agua, que cogimos carretera y manta y nos fuimos hasta Villamayor (Asturias) a ver al último de aquellos 70 niños de la guerra que combatieron en las milicias del pueblo de Leningrado en el verano de 1941. Tras comentarle a nuestro amigo Pedro J. Oiarzabal, de la Universidad de Deusto, la posibilidad de grabar esta entrevista y que sirviese al repositorio de memoria que están recopilando debido a su enorme interés, ya que Maximino (Villamayor, 1925) atesora los recuerdos de una generación de niños entre los que había numerosos vascos que perdieron su vida en las durísimas batallas de la frontera de Carelia con epílogo final en Petrozavodsk (Petroskoi), el grupo formado por Pedro, Guillermo Tabernilla, Ander González Fernández y Eneko Tabernilla Rivera se puso a la tarea ilusionante de recuperar esa memoria que se nos había escapado tras la muerte imprevista de Ramón Moreira en Bilbao justo cuando ya nos había concedido la entrevista. En su casa de Villamayor encontramos a un hombre cercano y agradable, deseoso de compartir con nosotros los últimos dos meses de guerra en Carelia, conservando detalles increibles y contrastables sobre ríos, lugares y personas. Un hombre que conservaba todo el brillo de su militancia comunista (labrada durante su niñez en la URSS), sin el desgaste sufrido por otros compañeros que se vieron obligados a regresar a España bajo tristes, y nunca confesadas, circunstancias vividas en los campos de internamiento fineses, a los que intentó manipular el régimen franquista y su ministro Arrese como parte de la propaganda de guerra; luego arrojados al abandono y al olvido. Una historia que Maximino escuchó de nuestros labios con los ojos abiertos como platos y que este año podremos daros a conocer cuando Desperta Ferro Ediciones publique nuestro libro sobre los vascos y la Segunda Guerra Mundial. Agradecer a Luis Felipe Capellin Corrada por facilitarnos el contacto con Maximino y por el estupendo documental que hizo sobre su vida.
Fotografías:
1. Escenografía del "Fighting Basques Project" sobre la marcha de los niños de la guerra hacia el frente de Carelia en el verano de 1941, partiendo de la estación de Leningrado (fotografía de Jesus Valbuena). Agradecer a nuestro amigo Juanjo Olaizola por toda la ayuda y facilidades prestadas en el Museo Vasco del Ferrocarril, que él dirige. — en Museo Vasco del Ferrocarril.
2. Fotografía de Maximino Roda hacia 1940-1941 (cortesía de Maximino Roda).
3. Maximino, a quien todos llamaban "El peque", con su compañero de la casa de jóvenes de Leningrado Rafael Gil Portugal hacia 1940-1941 (cortesía de Maximino Roda).
4. La banda de música del distrito de Kirov (Leningrado), donde trabajaba Maximino en una de sus fábricas, con presencia de numerosos jóvenes asturianos y vascos (Cortesía de Maximino Roda).
5. Maximino ha conservado durante toda su vida esta linterna auto recargable que fabricó en Leningrado como un recuerdo de aquellos años en los que fueron felices antes de sufrir las penalidades de la guerra (cortesía de Maximino Roda).
6. La expedición vasca se fotografía con Maximino en su casa de Villamayor tras una agradable y enriquecedora entrevista.
7. Maximino Roda entrevistado por Samuel Gradín para Alderiques D´Asturies (http://www.alderiquesdasturies.com/maximino-roda-nenu-la-guerra-soldau-sovieticu/).
8. Cartel del estreno del documental que hizo Luis Felipe Capellin Corrada sobre la vida de Maximino en su pueblo de Villamayor (http://www.luisfelipecapellin.com/2016/11/17/un-nino-de-la-guerra/).