La casualidad quiso que el “Memorial Day” de este año nos pillase en Bakersfield, en el día después del 49º Basque Festival de esta euskal etxea, donde fuimos tan bien recibidos como en Los Banos. Un colofón espectacular a un viaje por la memoria de una generación de migrantes y sus descendientes en los lugares más emblemáticos del condado de Kern. Hasta allí nos fuimos bien pertrechados de datos (y, sobre todo, ilusión, nuestra mejor arma) recogidos en una investigación que ya ha alcanzado a 44 estados de EEUU, si bien este fin de semana tocaba hablar de ellos, de una comunidad tan desconocida aquí como emblemática allí. Y es que la euskal etxea de Bakersfield o Kern County Basque Club nació en 1944, en plena guerra, por lo que resulta una obviedad decir que todos sus fundadores tenían algún familiar o amigo (incluso ellos mismos) participando del esfuerzo bélico de su país de adopción. Las herramientas del Fighting Basques Project, que son las de la ciencia ciudadana participativa, han posibilitado este conocimiento con datos muy concretos, que pueden verse en los dos carteles con su correspondiente infografía que han diseñado para la ocasión Pedro J. Oiarzabal y Raul Lozano Otero. Y con ellos bajo el brazo se fue nuestro Pedro hasta Bakersfield, no sin antes pasar por Fresno para entrevistar a un veterano de 95 años a quien ya no le queda nadie con quien hablar en euskera. Pero para ilustrar todo esto nada mejor que una imagen, y es la de los familiares de uno de los nuestros al lado del cartel en el que aparece su padre, Matthew Etcheverry, veterano de Leyte y Okinawa, herido en acción con dos Estrellas de Bronce. The Greatest Generation.