La interesante noticia de la aparición de la chapa del miliciano del batallón Leandro Carro Manuel Mogrobejo, con una destacable historia detrás relacionada con el exilio y los campos de exterminio nazis, es un buen ejemplo del interés que despierta en determinados medios de comunicación todo lo relacionado con la memoria. Una cuestión que no siempre es tratada con el rigor y la seriedad que merece, aunque los periodistas (los mensajeros) no sean culpables de que en los últimos tiempos se hayan multiplicado las noticias que proceden de personas con mucho protagonismo en el denominado movimiento memorialístico, pero si nos llama la atención que, desde hace tiempo, se publiquen con bastante ligereza noticias relacionadas con la proyección que la arqueología puede tener en construir un relato histórico de la memoria y el exilio, un período que conocemos bastante bien por haberle dedicado muchas horas de investigación. Por supuesto, no cuestionamos aquí la metodología honrada del trabajo de campo de esta y otras excavaciones arqueológicas, pero si las conclusiones y la búsqueda del titular fácil con cierta precipitación que en otras ocasiones (Ketura) hablaban de combates desesperados en el frente alavés con la única base de un puñado de cartuchos, cuestión que en el último número de nuestra revista "Saibigain" nos encargamos de desmontar por falaz, ahondando en la sensación de posverdad que todo esto nos deja, ya que no creemos que esos materiales den para tanto (o al menos no para lo que algunos pretenden).Hablamos, por supuesto, de latas y cartuchos. Sin embargo, la aparición de una chapa con una inscripción onomástica es otra cuestión que nos introduce de lleno en la historia familiar de la guerra y el exilio que tanto nos apasiona y conforma la base de nuestro proyecto Fighting Basques, el cual, como bien saben nuestros lectores, se dedica a recoger la memoria de los vascos en la Segunda Guerra Mundial. Por todo ello, hemos seguido con enorme interés la historia de Manuel Mogrobejo y hemos constatado con sorpresa que se quedó fuera del listado de vascos alistados en la Legión Extranjera y en los llamados Regimientos de marcha de Voluntarios Extranjeros (RMVE, cuyo caracter y alistamiento también era legionario) que preparamos para el libro que acabamos de editar con Desperta Ferro Ediciones. Se trataba de un total de 146. Ello nos ha llevado a repasar todas nuestras fuentes, que no son otras que la base de datos del ministerio de defensa francés "Étrangers engagés au titre de la Légion étrangere en 1939-1940", completada con trabajos como el de Diego Gaspar Celaya y otras. Como no estaba incluido Mogrobejo, hemos vuelto a pegar un barrido a la misma y hemos incluido los alistados en el desaparecido departamento del Sena, que incluía a París y 80 comunas más, donde hemos buscado entre los miles de alistados en la Legión y en los RMVE, encontrando a 7 vascos más que incluiremos a nuestro trabajo: Mariano Fraces (Abanto y Ciérvana, 1913, RMVE), Francisco Ugarte (Bilbao, 1907, Legión Extranjera), Arsenio del Río (Sestao, 1917, RMVE), Henri Martija (Vitoria, 1905, RMVE), Germano Araco (Portugalete, 1904, RMVE), Aniceto Tellechea (Zubieta, 1908, RMVE) y Antonio Bejo (Bilbao, 1913, RMVE). En cuanto a Mogrobejo, hemos visto el documento en que se basa el citado artículo y queda claro que se incorporó a los rangos franceses en el depósito de la Legión Extranjera de Sathonay (muy cerca de La Valbonne, desde donde escribió a Julio Jáuregui, delegado representante del Gobierno de Euzkadi en la Junta del SERE para darle cuenta de su precaria situación económica) y se incorporó al 11º Regimiento Extranjero de Infantería (11e REI), que no llegó a salir de la metropolí. Tras verse envuelto en los duros combates del final de la campaña de Francia de mayo-junio de 1940, nuestro hombre terminaría ingresando en un campo de concentración porque los alemanes negaron a los exiliados republicanos el estatus de prisioneros de guerra, no solo a los legionarios sino también a los que estaban en las Compañías de Trabajadores Extranjeros (CTE). Siempre apoyaremos las cosas cuando estas se hagan bien, como en este caso, congratulándonos de que la historia de Manuel Mogrobejo llegue hasta su familia. Son la suma de historias como estas las que completarán el puzzle de nuestra memoria. Contra la desinformación buenas dosis de información.
Leer noticia en el Diario.es: https://www.eldiario.es/norte/euskadi/miliciano-vasco-sobrevivio-Mauthausen_0_838167264.html