Maximino, el último de 74 niños de la guerra alistados en la milicia del pueblo de Leningrado. Su testimonio en 2017 nos permitió reconstruir la historia de todos ellos al humanizar un relato que, hasta entonces, se movía en torno a las macro cifras de aquella catástrofe del verano de 1941, donde lo individual, lo familiar, se difuminaba hasta quedar tapado por el paso del tiempo. Pero la entrevista del 2017 en su casa de Villamayor (Asturias) nos aportó la parte que nos faltaba. Cuando los finlandeses atacaron a su regimiento en Syandeba, Maximino defendió su posición con una ametralladora ligera Degtyarov DP-27, causándoles muchas bajas. En homenaje a su memoria, pues ya ha fallecido, quisimos reconstruir su historia a través de las imágenes que acompañan este texto, solo dos, en las que el espectador puede sentir el viaje de aquellos muchachos de la esperanza al drama y a la postrer e inevitable tragedia mientras el verde de una Carelia que se muestra especialmente bella en verano preside todo el paisaje. Con eso nos conformamos en esta escenografía del grupo de RH de la Asociación Sancho de Beurko Elkartea.